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Viajando como artista por Brasil

Updated: Nov 9, 2022


"Eso que te da miedo, hazlo, te va a salir bien.", me dijo un Uber en la CDMX. Unos días después compré un boleto de avión a Brasil. Sin saber cuándo regresaría, el 10 de septiembre tomé mi vuelo. Con tan sólo un libro de sketches y con una mínima (por no decir nula) experiencia en el muralismo, pero siguiendo mi instinto, fue que llegué a Arraial do Cabo, una ciudad en Rio de Janeiro. Resulta que estaba en el lugar correcto a la hora correcta y las puertas se me abrieron: un poco de fé, un poco de suerte y un poco de mí para que el 5 de diciembre de 2021 concluyera mi primer mural. No les voy a mentir, hubo momentos difíciles, pero aferrándome al arte en todo momento, perdí mi vuelo de regreso y después de un mes y medio de vivir en el caribe brasileño, parto del Chamos Hostel Cultural atreviéndome a decir que soy una artista. Algunas de las enseñanzas/aprendizajes que tuve durante esta época quiero compartírselas.


1. „La catrina eres tú. Esa pintura es un autorretrato tuyo, eres tú muriendo y la serpiente es Quetzalcóatl representando a las fuerzas divinas que te acompañan en esta etapa de transformación.“ Lo miré y lo escuché. ¿Quién soy yo para juzgar si su interpretación es verdadera o falsa? Cuando pinto, yo sólo pinto, la mayoría de las veces no estoy consciente de lo que estoy haciendo. Sólo lo hago y cuando logro realmente concentrarme, pintar se convierte en un sentir, como si mis manos supieran lo que hacen y se movieran solas, o como si a través de ellas fluyera la energía del universo. Dicho de otro modo, es como si yo me convirtiera en un medio por el cual el universo busca comunicarse.

Por eso he llegado a la conclusión de que al final, las obras dejan de ser mías. Sí, yo soy quien las produce, (en realidad diría, sí; salen de mí) pero no me pertenecen, y por eso, lo que yo quise representar en primer lugar deja de ser importante, porque el significado me transciende y le es otorgado sólo a quien lo observa.

2. Una fuerza externa se apoderara de mis manos y es como si ella hiciera todo el trabajo, por eso cuando la gente me pregunta: ¿Cómo sabes qué pintar? ¿Cómo imaginas lo que vas a hacer? ¿Cómo escoges las formas y los colores? La respuesta más simple es a veces la correcta y la más decepcionante: No lo sé.


La mayoría del tiempo no sé lo que hago, solamente me concentro y lo voy sintiendo, es decir, me entrego completamente a ello y lo dejo salir.

Muchas veces hasta yo misma me sorprendo con el resultado final.




3. Para mí y hablando desde mi experiencia, el arte nace del dolor, surge como una necesidad vital, para explorar temas que a mí, en lo personal, me desconciertan y de que otra manera sería imposibles abordarlos. Por ejemplo, pintar la catrina para retomar el colonialismo mexicano, es tocar una herida que no es exclusivamente mía, sino que le pertenece a la población mexicana en general. Por eso creo firmemente que el trabajo del artista es ese: plantear preguntas, no dar respuestas.

El diseño se ve bonito, pero el arte cuestiona y resulta incómodo.

4. Al ver el mural del Baiacu terminado, sentí que había algo dentro de mí, más allá de lo que yo misma puedo concebir. Jamás imaginé producir algo tan grande y mucho menos, pensar que eso pudiera permanecer ahí, incluso después de mi muerte. Una parte de mí, se queda ahí, en Arraial; pero incluso, cuando yo ya no sea parte de este mundo, aquello va a seguir ahí.




Y así, poco a poco, el arte es una forma de alcanzar la inmortalidad. Aunque confieso que estas palabras escapan mi entendimiento.

Finalmente fue así que llegué a Arraial, sin saber quién era y yéndome convertida en una artista. Ahora parto hacia otra ciudad al sur de Brasil, con un nuevo proyecto por delante, con nuevos retos pero también con nuevos sueños, y como siempre, creyendo fielmente en el arte y confiando ciegamente en la vida. Así comienzo una nueva etapa de mi vida: hacer arte mientras viajo ergo vivo el sueño, mi sueño. Vivir haciendo arte es posible, es decir, es posible vivir haciendo lo que uno ama. Esa es mi apuesta y lo estoy dando todo. La decisión nunca es fácil, eso lo sé muy bien. En el camino siempre hay adversidades pero al final, todo eso lo vale.





 
 
 

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